El único lugar que me hace sonreir

El único lugar que me hace sonreír, no tiene nada de especial. No es un lugar muy grande, no tiene grandes centros comerciales, ni muchas tiendas. Es díficil para mi conseguir las cosas que realmente me gustan, en el único lugar que me hace sonreir. Nunca he tenido prisa por dejarlo, nunca me he quejado de él. Realmente, no es gran lugar. No tiene grandes extensiones de bosque, no tiene ríos, ni lagos, no tiene playas de blancas arenas. Es un lugar seco, y pareciera que un gigante ha pasado con su maza y aplastado todas sus grandes montañas. Desde el cielo, parece que te mire con geso amable, pero en cuanto aterrizas en ella, te atrapa en su cálida, seca y desierta boca y te traga hasta la muerte si no eres hijo suyo. Es un lugar en que el verde lucha por sobrevivir, y el amarillo, el marrón y el negro campan a sus anchas. Pero, sin embargo, es el único lugar que me hace sonreir- Sucede que en este lugar, confluyen pequeños insectos. Estos pequeños insectos me hacen cosquillas, me cuentan sus historias. Me tienden un poco de felicidad cuando ven que las lagrimas corren por mis mejillas, y me dan toda su sabiduría cuando estoy en problemas. De verdad, el único lugar que me hace sonreír, no tiene nada especial. No es muy grande, y no esta bien comunicado. Aún siendo pequeño, tardas mucho en recorrerlo de punta a punta. No da grandes frutas, ni buena carne, todo lo que nos da bueno, lo trae el mar, que cobra un alto precio por ello. Pero, aún asi, este es el único lugar que me hace sonreir. Hace que el tiempo se pare, y que yo vuelva a ser la niña que, jamás, he dejado de ser. Se me hace, realmente extraño, que, un lugar como este, sea el único lugar que me hace sonreir