7/7/10

Fiesta


En la calle, podia ir a la gente celebrando. Gritos, pitos y cantos de alegria inundaban el aire. Yo no tenia absolutamente nada que celebrar. Realmenta, aquello para mi no era un gran logro, pero sin ninguna razón, se me contagia la alegria que llevaba la gente, aquella ilusión que todo el mundo derrocEhaba en su voz. Salí, y me mezcle con la gente, me mezcle con la tensión del que disfruta y del que se lamenta, y fui uno con la alegria y el gozo el ambiente. Los mismos cantos, los mismos chillidos y el sudor de la gente a mi alrededor y los desconocidos, que, aun desconocidos, comparten conmigo el sentimiento, contagiado, es cierto, de alegria y de celebración. Tanta gente unida por una pequeña cosa, una pequeña cosa que le es ajena, es a su vez impresionante y a su vez absurdo. Porque no les toca, porque es algo que queda lejano a sus vidas. Los acontecimientos que celebran no cambiaran sus vidas, no les darán la felicidad, solo conseguiran que olviden y disfruten durante un pequeño momento. Sorprendentemente, se celebra y se quiere como el que más, y aun si saben que no les cambiará la vida, no les importa, parece ser, que les merece la pena. Un día mas, en una ocasión mas, no se si el los humanos somos extraordinarios o simplemente, imbéciles

Si aquí os halláis...

La bienvenida os doy. Por favor, quitaos la capa de la cordura, arroparos con el manto del desorden y el caos y... sentíos cómodos

Etiam placerat