Sin saber que depara el futuro, asi andamos los humanos. Empezamos a cuatro patas, y luego nos erguimos, buscando un horizonte mas lejano, buscando el sol y la vida. Luego, comenzamos a enterrarnos de nuevo lentamente en la tierra. Dejamos de mirar al cielo, tan solo buscandolo para hallar en el esperanzas y sueños, miedos y dioses. Dejamos el horizante encallado en el sol. Continuamos de este modo, y, para olvidar los peligros de la tierra, nos fortificamos, nos encerramos tras gruesas paredes extraidas de la tierra. Ahora, hemos olvidado la vista del cielo, hemos olvidado el horizonte, tan concentrado en el ego de nuestra raza, tan concentrados en nuestra imaginacion, en nuestros inventos, en nuestros problemas. Armazones de hierro y cemento tapan la vista alrededor, esa misma, que hace millones de años anhelamos ver tanto que nos pusimos de pie. Ahora, las estrellas son fugaces, son luces ahogadas en nuestras propias luces. Tememos la oscuridad de la noche,nos aterra el ciclo natural y vivimos defendiendonos de la tierra que nos vio nacer, del aire que nos dio de respirar, del agua que nos dio de beber. El cielo completamente oscuro, nublado y enfermo nos pide perdon, nos pide como un padre sabio y cansado que entremos en razón. Ya sus miles de pequeños ojos centelleantes no se ven, pero aun asi, nos observa, igual que la tierra languideciendo nos clama para que la dejemos en paz. En estos tiempos, el humano a olvidado que fue antes de razón, ha olvidado que, un humano es, ante todo un animal.
Entrada dedicada Aurea, por ser la persona que la inspiro
